El ojo tejedor: Cardador, de Natalia Rojas
Por Leonor Omos
La vida se hila con palabras, la vida cotidiana y sus pequeños descubrimientos se hilan con palabras. Natalia Rojas nos propone a través de Cardador (Editorial Aparte, 2019) abrirnos paso en un tejido que se revela continuo, y, que se desdobla en una aventura que nos conecta directamente al oficio del cardador, es decir, quien prepara con el cardador el material crudo para el tejido. ¿Qué es el cardador? Es un cepillo con púas, usado para limpiar y separar unas fibras de otras.
Así Natalia, busca entre poema y poema el vínculo sagrado, escondido, pero manifiesto, en su mundo privado que se nos abre, en su sencillez; y en donde convive el tejido, la palabra y seres que deambulan en modo totémico. Ella prepara las fibras que componen su mundo, y nos enseña su trabajo de artesana, llegará a decir “yo soñé en el sueño de él agüita agüita agüita” difuminando los límites entre el sueño y el mundo cotidiano que le rodea; sin que haya diferencia entre uno y otro. Trayendo a la realidad y al poema, aquello que sueña, que busca.
Cardador es el hogar de Natalia, en donde no parece haber diferencia entre el viento, el agua, y los camélidos que se hacen presente, en un gran entramado textil que ella se encarga de depurar, de hacerlo visible para nosotras, para nosotros, que participamos –casualmente– de su oficio y de su amor por aquellas escenas que cobran vida ante nuestra mirada y lectura.
Natalia, se nos muestra como una cardadora de su propia mitología, rigurosamente fiel a sí misma, a sus búsquedas interiores, a su ir y venir entre un territorio y otro, a su constante estado de asombro ante la maravilla del mundo. Cardador, segundo libro de Natalia (el primero fue Pedernal del año 2012), amplía el universo que ha trabajado y lo profundiza hasta llegar al vacío, a la nada, que para ella es un elemento más, que lo consigna como parte de su tejido, no imposible para su ojo de tejedora que mira el mundo: “el vacío es una figura llena que el ojo no alcanza a ver”, continúa, “tejiendo, el ojo pierde el horizonte, aborda la minucia. en el ojo la pupila sobra, prorrumpe”.
¿Desde qué lugar escribe Natalia? Cito: “las mujeres en el cardado se sientan o están de pie / es una herencia, un animal cundido en el vacío”. Natalia retoma el camino –y el trabajo interior– de nuestras abuelas y abuelos, es ojo que contempla y da testimonio respecto a seres que emergen en sus textos y desencadenan fuerzas naturales “en las noches baja el camélido desde la constelación negra, bebe de los ríos y vuelve a subir para hacer llover.” Retoma el oficio, convierte su escritura en tejido suave, transparente.
Cardador es una hermosa joya, que asombra la luminosidad que exhala. Hermoso el trabajo de Natalia, que deja una parte de sí, en la fibra que limpia, depura, teje.
Cardador
Natalia Rojas
Editorial Aparte
Chile, 2019
Comentarios
Publicar un comentario