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Monosúper, de Galo Ghigliotto


por LM Hermoza


El poeta moderno-contemporáneo preocupado, obsesionado, distraído con el dolor propio, su angustia íntima y personal, con su ego, descuida y deja en desuso la poesía metafísica y la poesía ontológica. Estas solo son posibles a partir de la cualidad de pensar y sentir por los suyos, en comunidad, en un nosotros, con un yo-colectivo. Por eso, todo intento de abordar y responder a aspectos ontológicos a través de la poesía, en este occidente monoteísta y alejado de la épica, me parece valioso y resaltable. Este es el esfuerzo de la propuesta poética que encarna Monosúper, publicado el 2016, por la ya extinta editorial parisina de poesía en español Nos Es Nada. 

Monosúper es, pues, un libro con objetivos ontológicos y, por ende, raro, queer, en el panorama de la poesía contemporánea. Detrás de la careta de superhéroe o personaje de cómic en la que el título nos hace pensar, hay un libro de poesía que intenta dar respuesta a una preocupación esencial, quizá la primera, la más común, banal e imposible: la respuesta a ¿qué somos?

Lo que voy a hacer a continuación es un modesto acercamiento a Monosúper, para dar pistas a su lectura y hacerlo, tal vez, un poco menos “raro”. Para ello me voy a centrar en algunos puntos básicos (5) sobre los que se construye su engranaje de conceptos y principios.

I. El título

¿Qué es Monosúper, la palabra? ¿Existe en el diccionario? No. (De hecho, por eso perdió dos concursos literarios) ¿A qué hace referencia? ¿A un súper mono? ¿A un mutante? ¿A un súper héroe? No. ¿O sí? ¿También? Ya lo descubriremos más adelante.

Por ahora bástenos decir que se trata de la unión de dos prefijos:

“mono-” (uno, solo, único) + adverbio “súper-”: en otras palabras, el “súperuno”, “súpersolo”, “superúnico”, conectado con el “Uno primordial” de Nietzsche. Por ahora es un aspecto a resaltar y a no olvidar.

II. Monosúper, la palabra y el significado.

Un nombre como “Monosúper” conformado por dos prefijos es, desde luego, un concepto, una idea; pero ante todo una palabra. De hecho la “palabra”, es decir la palabra palabra, es un concepto clave para el abordaje del libro.

El texto introductorio nos pone en cuestión precisamente la amplitud e importancia de las palabras. Cito: “Te preguntas quién es la madre y el padre de la palabra nacer” y responde: “Tú eres el padre y la madre, Monosúper, el único primordial capaz de dar forma a una voz.”

He aquí, pues, un primer acercamiento a Monosúper: un creador de una voz; y al ser la voz una creadora de palabras nos referimos a un creador supremo.

El mismo texto introductorio sigue reflexionando sobre la Palabra: “...las palabras nunca mueren, sólo cambian su significado”. Por lo tanto, ninguna palabra muere, incluso la “persona”: “¿cuándo muere una persona? (…): cuando alguien pierde un brazo o una pierna, e incluso la vida, esa persona no muere, solo cambia su significado”. A lo que se agrega: “Monosúper: tú eres el significado”. Efectivamente, al ser, como hemos citado anteriormente, el padre y la madre de la palabra, el Monosúper, no puede ser otra cosa que el significado.

III. La analogía

Otro elemento importante en la construcción de Monosúper es la analogía. Observamos una recurrencia de la analogía del cuerpo como Universo; lo que le da una visión cósmica al cuerpo. Así es como el cuerpo es galaxia, constelación; como la célula es planeta.

          retículos endoplasmáticos vibran como auroras boreales
          en la noche de la célula


          la órbita del material genético
          en la ruta hacia la proteína planetaria que pasará a ser parte
          de una coreografía
          se desplaza sobre los huesos del citoesqueleto
          compuertas en las membranas se abren y se cierran:

          el núcleo solar irradia la información
          que teñirá las cosas para darles su forma

          la mecánica celeste de una célula
          hace su ruido de fábrica repetidas veces al interior del Monosúper
          un barrio industrial populoso y ensordecido
          por el barullo de piñones engranajes afinados
          que generan ruido mientras desfilan hacia la muerte:

          esa es la voz de su inconsciente,
          ese el contenido de la habitación secreta:

          esa es la música que el Monosúper cree desoír,
          pero baila en silencio.

Y esta analogía no se restringe a la condición del humano, sino a todo cuerpo.

          desde los paisajes celulares se vislumbra el sol:

          es una molécula de ADN gigante que proyecta información 

          a lo ancho del citoplasma. parece sonar de tanto que vibra 
          colores de fuego. se desenrolla en sentido del tiempo
          como un papiro demasiado moderno de tan antiguo.
          sobre los paisajes celulares y el estadio de la mitocondria empuja
          un largometraje de colores que lo tiñe todo. esta vida es efímera
          a la velocidad de la luz.


El sol, pues, es una molécula de ADN que gira en el sentido del tiempo.

Es interesante resaltar cómo esta metáfora nos remite al movimiento giratorio del Universo, de las galaxias, de los sistemas solares, los astros, los planetas y nosotros en uno, el planeta que hemos llamado Tierra, también girando, moviéndonos infinitamente.

Entonces, todo cuerpo se encuentra en movimiento, gira y vibra. La vibración constituye la música, el sonido y la palabra. Y juntos, todos como un solo TODO recorremos la autopista infinita, el río inagotable, acometemos con el viaje del destino que es el tiempo. En el cual, nosotros, como todo cuerpo, como todo el Universo nos encontramos en constante movimiento y transformación.

Otras analogías biológicas:

Analogía biológica entre el cambio de piel de los animales y el cambio de piel del planeta Tierra. Por ejemplo, en los valles construimos casas, luego edificios y constituimos las ciudades. De los caminos pasamos a las carreteras, a las autopistas. De la oscuridad nocturna, a la luz artificial. De esta forma la piel del planeta va cambiando.

La analogía del genotipo y la atmósfera: el genotipo es la información genética que posee un organismo. Por tanto, qué forma más bella y certera de definir la atmósfera con esta metáfora. De hecho, ¿qué es el planeta tierra, cualquier planeta si no una casualidad y una constitución de su atmósfera?

          el vehículo somático que habitas Monosúper
          cada cierto tiempo cambia de piel
          sus escamas mutan
          de casas en edificios
          de caminos en carreteras
          te quedas parado
          mirando cómo su paisaje se transforma
          salvo el cielo
          genotipo de un planeta
          código de estrellas llamado la noche:


IV. El fractal.

El fractal es un elemento clave para entender la red de relaciones que constituye el concepto de Monosúper.

El fractal es un objeto geométrico que se repite a diferentes escalas. Es decir, una forma que está constituida por formas iguales, o superior o ambas, pudiendo llegar así al infinito. En la naturaleza hay ejemplos de fractales: el romanesco (híbrido entre brócoli y coliflor), los copos de nieve, las grietas por la sequía, las plumas del pavo real, las hojas de las plantas, algunas alas de insectos, etc.

Tener claro esto es importante para entender Monosúper. Y es que ¿cómo podemos entender que algo sea también otra cosa y a la vez todo? En esta red de relaciones y analogías, en la que, como hemos visto, Monosúper es desde el Universo hasta la célula, en la que Monosúper es significado, madre y padre de la palabra, solo la existencia del fractal puede soportar el engranaje: nosotros somos, pues, una repetición a escala menor del planeta, de la galaxia, del Universo; y los demás objetos y nuestra composición orgánica una repetición también a escala menor nuestra, de nosotros.

          La célula está cubierta de piel
          es una semilla aterciopelada
          es un Monosúper gigante que se fragmenta y se disuelve en otros
          pequeñas semillas fractales vainas iridiscentes
          se desintegran en nebulosas
          en explosiones celestes que componen figuras:


Así somos lo mismo desde el ADN hasta el Universo: una sobre e infradimensión de nosotros mismos.

          más allá del límite se multiplican los límites
          sin dirección y en todos los sentidos:

          una constelación llamada Monosúper
          abre realidad con un machete de paisajes:

          un convoy de células virus átomos avanza

          y no hay un final
          cada viajero es una luz que dibuja sobre el vacío:

          recorrer el infinito
          es una forma de inventar el tiempo.


V. La paradoja.

En esta red de relaciones y existencias, la paradoja es también fundamental porque cumple la función de unir en uno solo la partícula con el todo, la insignificancia de los Monosúpers con la grandeza del Monosúper total, la insignificancia del Monosúper humano frente a su proyección de su TODO.

          no me avergüenzo de decir que soy
          lo menos importante del universo
          porque al mismo tiempo
          yo soy el universo
          y si disparo un cometa en mi cabeza
          todo desaparece:

          soy el cometa
          y permanezco
          sobre mi ruta:

          soy la paradoja
          el carácter del arracimamiento


Todo es pues un entramado de relaciones paradójicas que permiten la existencia y la convivencia:

          todo es un asunto de relaciones
          los planetas [que bailan a lo lejos]
          con largos vestidos y máscaras
          y uniformes
          envían informes a los ejércitos que avanzan sobre la tierra
          a los cardúmenes que avanzan bajo las aguas [donde el mar es el mar]
          a los electrones y a las partículas de tiempo:

          el gran reloj cosmológico
          empieza su ritmo en mi vientre
          donde estoy yo, encerrado
          dando vueltas a una manija: 


Esta paradoja que subyace en el Monosúper y en todos los cuerpos dialoga con la dualidad esencial de cosmovisiones ajenas a la occidental: la del yin-yang chino, por ejemplo, o la del tinku andino que hacen posible la convivencia y encuentro de contrarios, de los opuestos. En la cosmogonía andina el tinku o encuentro de contrarios propicia el tenso equilibrio que nunca es completo, jamás es pleno, pero que se acerca a esa plenitud gracias a otras categorías como el yanatin (o pares iguales), el ayni (o alternancia recíproca de contrarios) y el kuti (o inversión). Ese constante acercamiento, esa tensa lucha que demanda el alcanzar el equilibrio, es precisamente la que permite el movimiento del tiempo: la historia.

Monosúper es la propuesta cosmogónica de Galo Ghigliotto, un postulado del entramado de relaciones de lo que sería la existencia y no existencia; en la que todo cuerpo sería la proyección de un Todo y un Todo proyectado, a manera de fractales, unidos a través de la paradoja. Una resolución mística y alquímica en tanto que lingüística; subversiva en tanto que trans-occidental; un intento que nos trasciende en tanto que va más allá de nuestra cosmovisión y nos conecta con las cosmogonías más tradicionales, antiguas, que pese a todo perviven bajo la arrogancia de la lógica, como las grandes verdades inexplicables e inamovibles; una resolución poética en tanto que levanta a la palabra como la creadora y fundadora de todo.




Monosúper 
Galo Ghigliotto
Nos Es Nada ed.
Paris, 2019.

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